Vocaciones

Esta etapa la constituye el tiempo en que la joven viviendo con su familia y sin ningún compromiso formal, entra el contacto con la Congregación para un conocimiento mutuo. El objetivo es orientar a la joven en el conocimiento de sí misma, de la vida espiritual, apostólica, así como de los rasgos generales de la Congregación, para que analice sus motivaciones internas y su decisión sea consciente.

El objetivo es guiar a la postulante en el inicio del género de vida y espiritualidad de la Congregación. Continúa su formación humana y religiosa, y vive experiencias apostólicas para discernir sobre su aptitud a la vida religiosa en nuestra Congregación y hacer gradualmente la transición de la vida laical a la vida propia del noviciado. Su duración es de un año.

Al entrar al Noviciado las novicias profundizan en el conocimiento, asimilación y vivencia del género de vida, espíritu y misión de la Congregación para madurar la opción por Dios hasta llegar a ser capaces de entregar la vida a su servicio y expresar su deseo de pertenecer a la Congregación a través de los votos religiosos. Exigirá una formación en los fundamentos de Sagrada Escritura, oración, espiritualidad propia, vida liturgia y sacramental, así como los votos y sus exigencias, vida comunitaria, Evangelización y Catequesis y tienen experiencias apostólicas que les permiten ser conscientes de la realidad y necesidades de su entorno. La duración es de dos años.

Al concluir el Noviciado, la hermana solicita la profesión temporal de los votos de pobreza, castidad y obediencia. Los votos se hacen por un año. Los votos religiosos son nuestra respuesta al llamado de Dios, nos hacen disponibles para que en su Nombre y en favor de la humanidad, cumplamos la misión que la Iglesia nos confía. La Profesión Religiosa nos convierte en miembros de la Congregación y nos integra a su vida y misión. El juniorado está destinado a afirmar la identidad congregacional y se ofrece a la juniora una adecuada formación apostólica, profesional, doctrinal y técnica, a fin de consolidar su consagración definitiva. El fruto maduro de esta etapa será cuando la hermana, progresivamente llegue a realizar en la vida cotidiana la armonía entre contemplación y actividad apostólica. La duración del juniorado es de 6 años, pudiéndose prolongar hasta dos años más, si es necesario. Al terminar el sexto año de juniorado deberá comenzar el Segundo Noviciado.

Esta etapa comprende el año anterior a la Profesión Perpetua. Su finalidad es alcanzar una comprensión más profunda del llamado de Dios y de los compromisos que encierra dentro del carisma, vida y apostolado de la Congregación. En esta etapa la hermana dedica gran parte de su tiempo a la intensa oración y reflexión para que la Profesión Perpetua sea una decisión consciente, madura y gozosa.

Esta etapa comprende desde la profesión perpetua hasta el término de nuestra vida. Tiene por objetivo conducir a la Misionera Eucarística de la Santísima Trinidad a la madurez humana, religiosa y apostólica. Esto se realiza a través de una continua e integral formación que nos permite responder a las necesidades del apostolado que ejercemos o a la etapa de vida en la que estamos, para ser auténticas adoradoras del Padre en espíritu y verdad.